CULTURA

«Predator»: La cacería humana nunca fue tan divertida

SERENDIPIA   |   Varykino Aarón   |   Julio 02, 2025

Creo que, como buen ochentero (y noventero), Depredador fue uno de esos personajes de ficción que marcaron mi gusto por el cine relajado. Me refiero a ese cine que uno ve los sábados, con su tazón de canchita y sin muchas aspiraciones artísticas: solo entretenimiento puro y duro. Eso siempre he pensado de la saga Depredador, y siempre he recibido lo que he esperado. Sin embargo, con la última entrega en clave de animación, la cosa es completamente distinta a todo lo visto hasta ahora.

Predator: Killer of Killers (Trachtenberg, 2025) es un viaje magnífico por tres momentos de la historia, cada uno bien definido por su ambientación y personajes. Todos cuentan con un guion bien construido y poderosas imágenes que nos dejan con la sensación de querer más de cada uno de esos universos tan disímiles, que solo la cacería del depredador de hombres podría unir como un eslabón irrompible.

Esta revisión del universo de la cacería humana es todo un espectáculo visual que no habría podido lograrse en una película tradicional o, como le dicen ahora, a live action movie. La propuesta es tan arriesgada —y diríamos que vanguardista— que imaginar el presupuesto necesario para ejecutarla como un blockbuster de Hollywood habría sido descabellado. No obstante, quizá no tanto si cada segmento se hubiese trabajado como una película independiente. Creo que habrían funcionado sin problemas. Ya se había explorado antes la idea de un Depredador incursionando en medio de la jungla, enfrentado a seres humanos —digamos— primitivos, y la apuesta no resultó del todo mal. Fue una película que respondió a una agenda de “igualdad de género†algo forzada, pero que entregó lo que siempre ha prometido Depredador: caos, sangre y entretenimiento.

Por ello, el paso natural de la franquicia es explorar nuevas historias enmarcadas en distintas épocas de la Historia del hombre. El potencial es infinito, porque incluso los depredadores no van tan tecnológicamente avanzados como los conocimos en sus incursiones clásicas, lo que hace las justas “algo equilibradasâ€. Pero, regresando a la película que nos convoca, a diferencia de las clásicas —que toman más de media hora en darnos el contexto y construir a los personajes y sus motivaciones—, Predator: Killer of Killers hace un ejercicio narrativo tan justo que comprendemos el contexto, quiénes son los personajes, su trasfondo y lo que los empuja a enfrentar el destino que les ha tocado, todo eso en menos de media hora.

Creo que el principal acierto al momento de contar las historias de cada época es que se inician in medias res, no desde el principio de los tiempos de su época, sino que nos sitúan en el centro de una acción determinada, ya sea en las estepas nórdicas, el Japón feudal o los cielos del asalto al Pacífico. La acción nos transporta, nos hace partícipes, nos llena los sentidos de toda esa dinámica de la cacería brutal que emerge de las fauces del Depredador.

Si bien la película se ejecuta con dibujos animados, no es para nada una cinta infantil, por lo que, si estás pensando verla con tus hijos, creo que pasados los 13 años es una buena edad para visionarla sin entrar en polémicas. Por lo demás, es una exquisitez de la animación old school que nos regala la esencia de la saga Depredador: sangre y diversión.

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