Esperé mucho tiempo para poder ver esta película y créanme que valió la pena. Había escuchado hablar de ella en un canal de YouTube que suelo seguir para recomendaciones de cine y recuerdo que el crítico afirmaba que la película era difícil de ver debido a la temática y los sentimientos que le habían aflorado tras mirarla; no se equivocaba.

Past Lives (Song, 2023) es un drama romántico coreano-estadounidense que nos lleva a formar parte de la historia de sus protagonistas (no voy a colocar sus nombres, porque para mí eso fue lo de menos): dos niños que compartían aulas en la escuela y que, debido a la inocencia de aquellos tiernos años, sienten que están enamorados y hechos el uno para el otro. Sin embargo, por problemas familiares, la niña tiene que viajar a los Estados Unidos para continuar con su vida, dejando al niño en su natal Corea del Sur. Hasta ahí parece la típica historia de amor que se trunca por las circunstancias y nos va a llevar a conocer cuáles rumbos tomaron cada uno de sus protagonistas. En parte es cierto, pero no del todo.

La historia nos transporta 12 años en el tiempo para mostrarnos nuevamente a nuestros protagonistas, claramente cambiados y viviendo sus vidas de acuerdo al destino que les tocó. No obstante, en un momento determinado, por esas cosas del azar y la nostalgia, ella siente la curiosidad de saber qué pasó con aquel niño que dejó en Corea. Coincidentemente, aquel niño había estado tratando de ubicarla durante todos esos 12 años y es ahí donde empieza realmente la trama de esta historia.

Me he sentido muy identificado con Past Lives, pues he experimentado aquel sentimiento de angustia y de búsqueda por aquel amor que uno dejó tiempo atrás y del cual quisiera saber qué pasó. En todos los casos en los que me sucedió, logré encontrar a esa persona y experimentar esa fascinación del redescubrimiento, saboreando cada una de esas sensaciones como un manjar muy difícil de disfrutar. Past Lives nos invita a ser parte de esa sensación de angustia que uno experimenta al dejar las cosas inconclusas con alguien, a emocionarse por el reencuentro y redescubrimiento de aquellas sensaciones tan placenteras que uno recuerda con cariño y que lleva guardadas muy adentro.

El viaje emocional que plantea la película es atrapante, con cargas emotivas muy intensas, tanto que uno experimenta los sentimientos de los protagonistas como propios, al punto de desear con ansias que ese libro que se había cerrado mucho tiempo atrás, escriba nuevos y más fascinantes capítulos, uno más intenso que el anterior.

Las actuaciones distan de ser grandilocuentes, son interpretadas con mesura, proyectando las características distintivas de una cultura caracterizada por la circunspección y parquedad de sus emociones, pero no por ello deja de estar cargada de emoción. Los planos a lo largo de la historia invitan a darles una leída más profunda para desentrañar lo que se esconde detrás (rasgo distintivo del cine coreano). Los paisajes armonizan tanto con los protagonistas que le agregan otra capa de profundidad a su construcción. La historia dista de ser el drama romántico de ese amor imposible que se ve interrumpido por terceros y circunstancias propias de la vida que uno eligió vivir, y nos envuelve en una experiencia que hace cuestionarnos si las decisiones tomadas a lo largo de nuestras vidas fueron las correctas. ¿Es acaso que estamos destinados a estar con alguien específico?, ¿o tal vez aquella persona, que estuvo con nosotros en nuestras vidas pasadas, hoy simplemente necesita estar con alguien más? Las preguntas que surgen de ver la cinta son tantas que no podría escribirlas todas en esta reseña.

Para mí fue la película perfecta para pasar el 14 de febrero, pues, como ya les dije, me recordó mucho a aquellas personas a quienes siempre llevo en mi corazón y han moldeado mi forma de amar y de ver las relaciones de pareja. ¿Recomiendo esta película? Pues claro, y aunque no creo que gane el Óscar a la mejor, su guion tiene suficientes elementos para darle una chance de alzarse con la estatuilla en esta nueva edición de los premios de la academia.