Política

“Chiclayano Despierta” y su vigilia

¡No hay derecho!   |   Alex Neira   |   Abril 14, 2014

Con estas velas que nos alumbran, es una expresión cuyo origen resulta dudoso, con todo y eso, trazando un punto de partida se la ha remontado a aquel periodo cuando no había luz eléctrica, por lo cual se utilizaban velas a partir del anochecer, lo que no resolvía el inconveniente diurno, y por ende, el –hasta esos instantes del día– regular desenvolvimiento lúdico, manual, ocupacional, laboral, o intelectual de un sinnúmeros de personas, ya que pese a ello, inclusive con luna llena, diversos de sus quehaceres ya no podían continuarse por falta justo de esa particular y exclusiva claridad, debiendo sin más aguantar hasta la salida del sol para retomarlos, por decir lo menos.

Picasso, el artista más prolífero del siglo XX, y quizá uno de los mayores artistas de la historia de la humanidad, esto es con más de 20 000 obras entre esculturas y pinturas realizadas, se vio muy favorecido por un científico invento que acabaría con este solar impedimento. Sí, no hay que alterarse antes de tiempo, tengo claro él creció con luz eléctrica, pero lo que no había era luz blanca, esa que no altera los colores, a diferencia de la luz amarilla emitida por las primeras bombillas, las cuales ciertamente todavía se conservan para los postes por estos lares, y, en distintos ambientes como “luz tenue”, aunque como estilo luminoso a nivel mundial. Cuando Picasso supo que existían luces blancas, lo que por acá se aprecia como “fluorescentes”, no lo dudó un segundo, mandó traer unos reflectores, y así, desde su atelier o habitación pintó contemplando la luna y el titilar de las estrellas; no es de extrañar pasó cuantiosas amanecidas sobrecogido por el efecto nocturno y la posibilidad de darle rienda suelta a su genial creatividad.

Retomando el hilo de mi exposición, decía que consta una expresión: “Con estas velas que nos alumbran”, relacionada con la luz eléctrica y su ausencia; por probar: Pedro Estrella ya tiene 4 años viviendo en Lima y con las velas que nos alumbran en el ambiente cultural… Este ejemplo da cuenta de lo que conlleva el uso de la expresión en cuestión. En efecto, se utiliza cuando se pretende dar a entender el pesimismo a puertas es notorio; motivos para sentirse alentado, pensar positivamente, no hay. Con las velas que nos alumbran según las últimas encuestas sobre el próximo alcalde, Chiclayo acabará convirtiéndose en tierra de nadie gracias al señor Beto Torres y su inminente tercer periodo.

Por otra parte, en unas horas habrá una “vigilia”, organizada por el colectivo cívico más auténtico y consistente del departamento, y desde luego, de la ciudad. Vamos, si no te has enterado hazlo ya: mañana a las 7 de la noche en el óvalo del Paseo Las Musas habrá una “vigilia por la dignidad”, como protesta pacífica en contra de la pésima y corrupta gestión del actual alcalde de Chiclayo.

Ahora bien, ya empezó la Semana Santa, precisamente este domingo, ya no sólo un domingo más para los cristianos sino Domingo de Ramos, dentro de las celebraciones litúrgicas propias de esta conmemoración anual por la pasión, muerte y resurrección de Jesús de Nazaret; así pues, durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección se lleva a cabo la Vigilia Pascual, donde entre otros símbolos resaltan las velas, esas velas que bien se pueden entrever en el poster de Chiclayano Despierta. Sin embargo, es fundamental hacer una aclaración. La palabra “vigilia”, si bien tiene una acepción religiosa, además de la cercanía de la celebración de la Vigilia Pascual, cuenta con otros diez significados más, y al margen de que la gran mayoría de los integrantes de esta agrupación ciudadana crean en Jesús, y asuman esta celebración como parte sustancial de sus vidas, la presente vigilia nada tiene que ver con un trasfondo cristiano, es decir de carácter religioso.

“Vigilia” acá apunta, imagino yo, a su raíz misma, etimológica quiero decir: vigilante, centinela, atendiendo a su formación esencial, pues proviene de “vigil”. También podría tomarse otro de sus significados, siguiendo siempre a la Real Academia Española: “Falta de sueño o dificultad de dormirse, ocasionada por una enfermedad o un cuidado”. En este caso, está claro, “la enfermedad” y encima “el cuidado” se denomina Beto Torres. 

“Vigilia por la dignidad”, palabra esta última de connotación netamente política, relacionada con el Estado de Derecho hasta los huesos, es una forma simbólica de unir a la ciudadanía chiclayana, lambayecana, peruana inclusive, con la finalidad de oponerse por el caos en el cual pervivimos.

Es importantísimo aprovechar la oportunidad para recordar que las autoridades religiosas –sean cristianas, musulmanas, protestantes, judías, etcétera– no son ni mínimamente autoridades políticas, legales, jurídicas. Si sirven de algo, es a sus feligreses; hablarán de pecados mas nunca de delitos. Todo ciudadano maduro tendrá mucho cuidado en manifestar su credo a una colectividad en general, pues ese es el discurso justamente del ignorante en política y a su vez del demagogo inescrupuloso, el cual antes de proponer ideas propone creencias.

La Carta Magna prohíbe que se impida a sea quien fuera practique alguna preferencia religiosa, y al mismo tiempo deja claro que no se puede tampoco imponer ningún credo.

Y bueno, para terminar: con estas velas que nos alumbran es genial existan agrupaciones ciudadanas como “Chiclayano Despierta”, que con sus alegóricas iniciativas, con esta Vigilia por la Dignidad chiclayana, alumbran un poco el camino, la realidad caótica y oscura que padecemos. Vistas así las cosas, ciudadano en general, no olvidar llevar tus velas, te necesitamos; sólo uniéndonos podemos revertir este mal social que ahora nos atormenta.

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