Política
¡Ciudad heroica!

Columna Pública | Pedro Torres | Mayo 05, 2014
Cuenta la historia que una vez hubo una ciudad que a puño se ganó el tÃtulo de heroica, que ante una lucha desigual contra el gobierno central, prefirió apoyar a un lÃder que –apoyado por gente de todos los estratos sociales– pudo convertir una segura derrota en una brillante victoria. Como recuerdo de aquella gesta quedaron para nuestra ciudad una nueva Iglesia Catedral, una calle que nos evoca la gesta del 07 de Enero y el nombre de nuestra principal avenida: José Balta.
Con el correr del tiempo, Chiclayo, nuestra ciudad ha ido creciendo (es la cuarta ciudad del paÃs, después del conglomerado Lima-Callao y de Trujillo y Arequipa, ciudades de raigambre colonial y de rancia aristocracia). Nada de eso ha sido nuestra ciudad. Chiclayo ha sido siempre una ciudad más abierta, un poco más democrática si se quiere, una ciudad pujante, comercial, al punto que durante años se ha dicho que Chiclayo es una ciudad fenicia, en la que las actividades culturales no tienen cabida, y en donde la gente viene a hacer fortuna y desarrollarse aquà sin sentirse nunca como parte de la ciudad, sin asimilar o sentirse chiclayanos.
De este carácter se han aprovechado gobernantes, autoridades y polÃticos. De este carácter se quieren aprovechar nuevos personajes con poses de mesÃas, pretenden ganar votos repitiendo el milagro del pan y los peces con las alicaÃdas arcas municipales, y asegurando que nuestra ciudad tendrá parques, pistas, veredas. Poco falta para que prometan que lloverá maná del cielo.
Esta próxima contienda electoral pondrá a prueba varias cosas: pondrá a prueba si en estos siete años los chiclayanos hemos aprendido y madurado electoralmente, o –pese a las crueles evidencias–seguiremos votando por el llavero, el polo o el kilito de arroz o azúcar o la media botellita de aceite. Pondrá a prueba también nuestra capacidad para exigir a los candidatos que nos muestren sus planes de gobierno (concretos y no gaseosos), nos presenten sus equipos técnicos y, sobre todo, nos muestren una hoja de vida intachable en lo académico, laboral, financiero y personal. Alguien quien no ha podido conducir, guiar a una familia, difÃcilmente podrá administrar una ciudad con la cantidad de problemas que tiene Chiclayo. Pondrá a prueba nuestro temple para demostrar que –más que ser capital de la amistad– somos y seremos siempre una ciudad heroica.
¿Qué quedará para nuestra ciudad luego de pasada la contienda electoral? Al triunfador el gran reto de reconstruir la ciudad, de andar el trecho que no se anduvo, de corregir aquello (mucho que se hizo mal), tratar de ordenar todo el desorden que la actual gestión dejará. Nada más esperamos que el remedio no sea peor que la enfermedad.
¿Y qué nos quedará a nosotros? A los ciudadanos nos quedará seguir trabajando en construir más ciudadanÃa. En explicarle a la gente que tiene obligaciones, pero que también tiene derechos, que sólo es posible construir una ciudad grande si sus ciudadanos cambian de actitud, que cumplan con sus responsabilidades para exigir también el respeto por sus derechos, que nos mantendremos vigilantes para EXIGIR que las autoridades electas efectúen aquello a lo que se han comprometido, y que estaremos atentos para denunciar la menor señal de corrupción que veamos.
Vamos chiclayano… ¡Despierta!
Foto: Chiclayano Despierta.
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