Han pasado más de tres meses y medio desde que el nuevo alcalde David Cornejo Chinguel asumió funciones y tuvo la “genial y prudente” idea —imagino que junto a su equipo de asesores de las “prestigiosas” UCV, USS, UMB y el financiamiento de los Acuña— de alquilar costosos paneles en lo que va del año y en diversas zonas de Chiclayo con una frase que, frente a la realidad actual,  es una verdadera burla para los chiclayanos: “Ha empezado un tiempo nuevo”.

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” —o como una muy bien elaborada estrategia— expulsar (no del todo) a los ambulantes informales asentados en los alrededores del Mercado Modelo para que invadan aún más las calles del centro y expandan el caos que —desde la delincuencial gestión del ahora encarcelado Beto Torres— sufre la ciudad?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando desde el inicio de un proceso se malgasta dinero alquilando paneles publicitarios en medio de una ciudad casi devastada y con un municipio que está en quiebra, con problemas para pagar a sus trabajadores o siquiera la gasolina de los vehículos de serenazgo?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando alguien es el financista del “favor” de risibles y vergonzosas publicaciones como “El Cholo”, la cual glorifica desde la campaña al nuevo e improvisado alcalde y a los bibliófilos Acuña (basta revisar muchas de sus ediciones para concluir que este medio seudoperiodístico tranquilamente pareciera ser digitado desde alguna oficina de Alianza para el Progreso)?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando la inseguridad sigue avanzando y generando que los chiclayanos enrejen sus casas, caminen con miedo y sean víctimas de asaltos en calles periféricas tanto como en las céntricas ante la falta de personal de serenazgo y de estrategias políticas eficientes y urgentes en coordinación con la también, en su mayoría, inepta y corrupta Policía Nacional del Perú, la cual parece que solo sabe saludar a la bandera?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando los chiclayanos aún caminan entre la mierda que brotan de los desagües que siguen colapsando y la mayoría no se entera sobre una solución real, al menos a mediano plazo, propuesta por quien ha sido elegido para reconstruir una ciudad —y no un colegio, instituto o universidad— lejos de la improvisación y la corrupción que ha gobernado los últimos ocho años y que parece continuar?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando después de una tregua de tres meses que la gestión actual solicitó al pueblo, diversos medios periodísticos, políticos, ex candidatos, ex autoridades, ex aliados, “opinólogos” de toda índole y ciudadanos “virtuales” y de a pie afirman que el tiempo del caos, la informalidad, la delincuencia y la corrupción aún se mantiene?

¿Acaso se puede considerar que “Ha empezado un tiempo nuevo” cuando el actual alcalde de una ciudad —que ha sido asaltada y casi destruida por una nefasta gestión anterior— evidencia claros signos de no saber cómo afrontar los problemas y sueña con ser presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú (Ampe) en vez de concentrarse en lo urgente: ¡CHICLAYO! y no en obtener mayor figuración política en el resto del Perú?

El alcalde David Cornejo Chinguel â€”quien ya tiene una denuncia ante el Jurado Nacional de Elecciones por no juramentar de acuerdo a ley al asumir su cargo—  debe reaccionar y trabajar en función de la ciudad y no de intereses propios o partidarios, y convocar no solo a sus allegados (o a esos politiqueros que se ofrecen a ejercer cargos supuestamente en pro de Chiclayo y el bien común), sino al mejor equipo técnico y ético de la región que permita avizorar una luz al final del túnel en el que vivimos desde hace años.